Cristianos en medio de este mundo

He sido cristiana desde que tengo recuerdos. Primero de una manera inconsciente, con la fe que recibí de mi madre, más tarde con la interiorizada en la escuela, y finalmente con la mía propia, la que se siente en el corazón y se entiende con la cabeza.

Por lo tanto, creo que puedo decir que soy cristiana por todos los lados. Pero hasta hace muy poco no me había planteado el hecho de los símbolos externos. Me explico, no es que los necesite. Necesito saber que Dios me ama, necesito los sacramentos, y necesito a mi comunidad parroquial para seguir adelante, pero desde hace poco me planteo, ¿por qué no mostrar también que estoy orgullosa de mi Fe?

No me refiero sólo a llevar un rosario asomando de mi bolsillo, una pulsera cristiana, o una Cruz en mi cuello, sino a mostrar abiertamente mi Fe ante el mundo. Creo que hasta ahora he dado por hecho que la gente que me rodea conoce el Evangelio y el amor que Jesús nos da, y no me he parado a pensar que muchos de mis vecinos, compañeros de trabajo, o de escuela de mis hijos, no han tenido la oportunidad de conocerlo.

Ser cristianos en medio del mundo tiene muchos significados, y uno de ellos es dar a conocer el Evangelio a quienes nos rodean. Bendice la mesa si vas a un restaurante, bendice a tus hijos cuando los dejes en el colegio, desea la paz del Señor a tus hermanos, muestra tu Fe. Añade a esto una buena dosis de alegría, de paz interior y de amor, y te lloverán las ofertas.

Te preguntarán: ¿Qué haces para estar tan alegre? ¿Por qué es un gusto estar contigo? ¿Tú no tienes problemas? Es el momento justo para hablar de Dios, para mostrarle a tu vecina o a tu compañera de trabajo que tu alegría viene de arriba, de más allá de las nubes, de ese Dios al que todos los cristianos llamamos Padre.

Comments (0)

No comments at this moment
Product added to compare.